Es cerrar los ojos para hacer antesala al anhelo,
esperar la mirada que de la bienvenida,
responder la antojada sonrisa correspondida
y desviar la mirada conteniendo el nudo
que comienza a formarse en la garganta.
Es cerrar los ojos al sentir la cercanía,
esperar la viciada sensación del latir de su corazón,
no poder evitar que dos manos abran tu pecho
para dejar al descubierto el corazón
y amarrar la ansiedad de la respiración.
Pero lo más agradable de esa sedición,
es que aún cuando estoy sentada en mi escritorio
escribiendo con una leve vibración,
se entromete una sonrisa que me devela
lo encantadoramente adictivo
que es volver a sentir una emoción.
SU
jueves, 16 de septiembre de 2010
Una emoción...
Publicado por Su Pirajan en 8:44 a. m.
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2 comentarios:
Las dos manos de este poema, me han velado lo ojos, han antojado mi pecho, para sentir de su nombre, una nueva emoción.
martin fierro
Abrazo enorme!!!
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