lunes, 22 de febrero de 2010

Documental: Suicidio, Cáncer de la sociedad.

Por: SU Pirajan.

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martes, 16 de febrero de 2010

Espiración.

Por: Su Pirajan.

Es ya un valiente el que permanece vivo, el que le da la cara al sol todos los días, el que se alimenta para seguir sin saber en que, el que viste su cara con una sonrisa, el que lava su corazón de la melancolía y se dispone para comer saludos, palabras, malas o buenas noticias, miradas, insultos o afectos. Los siempre asiduos seguidores de las señales y esperanzas, que también los son en la terquedad de no atenderlas, tienen productivos aciertos con ello, pero también profundos dolores depositados en el alma; porque es desgraciado que la resistencia al sistema enfermo en el que vivimos, tome visos de sobrevivencia, de aferrada permanencia, de desdichada conformidad. Es frustrante la mutación de la resistencia, acomodada a las circunstancias de un sistema que te oprime hasta la duermevela.

Hoy escribo esto pensando que muchos sueños de las personas que me rodean, se esfuman a diario por un presente oscuro que nos asecha a cada momento. Por la incapacidad de tomar las riendas de nosotros mismos, y el temor de ser obligados a hacerlo de la única manera que no es agradable hacerlo, obligados. Así, lo único que llega a revolucionarse son las propias células, desestabilizando tu propio sistema corporal, enfermándote física y moralmente. Y por esto se que soy como otros, en otros y por otros, que también son mis fantasías y que mi soledad es una acompañada de varias, de las mismas semejantes en su origen, de esas que se tropiezan con los muros de la incapacidad, del conformismo y la frustración. La verdadera libertad es para los valientes, y los que sabemos realmente de que se trata, lamentamos ser unos cobardes.

En Colombia, hay muchas cosas mal que nos hacen ser mal, vivimos en conciencia de serlo o de no poder dejar de serlo, cómo aquel que no entiende porque la gente se muere y no se queda, o se mueren y no nos llevan, o se mueren pero al mismo tiempo se quedan. Conviene entonces seguir andando sin dejar de preguntar, (porque siempre es un consuelo responderse) sin dar por acertada la solución pero sana la conclusión, solo para seguir con otra cosa, con otro tema, con otra expiación, con otra…Y entonces, ahora hacemos otras cosas todos los días, para ser parte de algo que nos alivie la cruel idea y sensación de no pertenecer a nada más que a nosotros mismos, no queremos ver lo que esta mal…pero siempre será así aunque no nos guste y nos alienta intentar algo para sentirlo menos.

Solo es cuestión de recuperar lo que somos, nuestro ser genuino, deberíamos sentir pesar por desterrarlo, por menospreciarlo, por no verlo en los demás y fabricar para el una vida que carece de esencia, puede que hurte algo de ella pero no dejará de ser una vulgar creación plástica e imaginaria de lo que creemos será aceptado. Al final, la verdadera y única resistencia que nos queda, es no desistir en mostrar y ser genuinos, aunque a veces para uno y para otras personas resulte un poco idiota, pero por lo menos nos darán tregua para no alcanzar el punto de ebullición que hará que todo estalle y se salga de control. Quizás yo haga muchas de esas cosas idiotas, como escribir esto, pero es que como otros, siento que perdemos y arriesgamos cada día la oportunidad de ser genuinos.

Por eso, mientras sigue todo mal en la forma que tenemos de dar y recibir a los demás, en la formación del mundo que queremos para los que aún no han nacido, en la manera de querer o amar, en la protección que le damos a esta tierra que es nuestro hogar, sigo mirándome los pies mientras camino, talvez me cuenten por que carajos no nos movemos, es decir, no avanzamos.

viernes, 5 de febrero de 2010

Amor Porteño



Cuento/ Amor porteño.
Por: Su Pirajan.

(Acompáñese y sírvase con la canción de Gotan Project del mismo nombre y una buena imaginación)

Cada noche arriba a ese lugar, ubicado entre la divergencia del arrabal y la religiosidad porteña, donde te abrigan con el calor de los cuerpos y se alojan quizás falsas, pero afables, apasionadas y agradecidas sonrisas; Esta noche es otra en la que Manuel, preso por el calor hostigador e irrespirable de su familia y trabajo, se libera de la vida matinal en el mismo bar. Permanece sentado en la mesa de siempre, pero esta vez está ansioso, adolorido por el desbordado frenesí de sus emociones, ahora sujetas sin remedio por deseo hecho piel de una mujer que lo ató desde el comienzo, y que ahora cuando él se ha jugado el corazón, lo desecha para beber vino de otras cepas.

Manuel se siente sosegado, con su mirada hacia la misma dirección a la barra donde la vio por primera vez, inmerso en la importancia y trascendencia de esa bella impresión, de ése primer tango, de aquello que debió ser el prolongado camino y termino convirtiéndose en una hermosa bienvenida. Fue su amor ilícito y fugaz, pero ahora ella es el pábulo liberador de otro, y Manuel forzado por la influencia de esa apatía, siente un espasmo en sus piernas que de repente reaccionan afanadas por deshacer la prisión de ese vicio. Se levanta de la silla intentando huir de su cruel indiferencia y encontrar otros alrededores, donde su recuerdo aferrado no reclame ni robe presente, con el deseo de sacar la ilusión del corazón, de sacarla del abrazo de sus brazos, de abandonar la persecución de sus pies, para finalmente, borrar el recuerdo intruso de aquella canción.

Sintiéndose ajeno, en un hogar que no pertenece al sonido hablado de su corazón, ocupando un lugar foráneo en rostros indiferentes, que desde hace un tiempo fueron amores desplazados por los labios de esa pérfida mujer. Olvida su familia y se aventura en la búsqueda de cubrir con nueva piel el agente liberador de su rutina. Ahora se encuentra caminando lejos de los trazos de sus pisadas, con el oxigeno de nuevos aires, con el desprecio de la vieja ruta y abandonado a su libre albedrío. Manuel anda y desanda como explorador furtivo de aquella sensación, como aquel que en el deleite de la búsqueda conserva inherente la esperanza de la remembranza. Solo que ahora es una búsqueda más allá de la presencia corpórea, de la mirada intrínseca, del fresco respirar en su cuello, ahora es esa que se emana en el orgásmico clímax de un tango. El propósito de su huida, el sentido de su desprecio, la razón de prolongar, será el incansable rastreo de esa sensación, aquella que liberará el lastre que lo amarra a ese suelo del que quiere despegar para volver a bailar.

Pero entre el cansancio de quien anda y no encuentra, y el hastío perpetuo de su vida diurna, se presenta de nuevo como un consuelo frágil pero sano, la felicidad encubierta en la estabilidad de su hogar cada noche. Así que solo por última vez, Manuel decide arribar de nuevo a ese sitio donde sus labios prefirieron callar e intentaron aguzar los sentidos, para conservar la respiración y el sudor de su rostro en el baile, mientras piernas, torsos y manos dialogan, mientras comunica pegado a su pecho los latidos de su corazón y con sus manos acaricia al compás de un bandoneón.

Pero al arriesgarse a entrar y disfrutar de su despedida, no imaginó que seria un adiós absoluto, cuando al recibir de manos de la mujer que antes fue su ilícita obsesión, una nota de su esposa que decía: “De la misma mano del adiós que nos diste, te damos el adiós”…. viéndose de nuevo en la misma silla atado al lastre del maldito abandono.

Suicidio: cáncer de la sociedad - Documental dirigido por SU.

SUSURROS DE LIBERTAD

Proyecto Gaia/ Video promocional - Realización: SU Pirajan.