Cuento/ Amor porteño.
Por: Su Pirajan.
(Acompáñese y sírvase con la canción de Gotan Project del mismo nombre y una buena imaginación)
Cada noche arriba a ese lugar, ubicado entre la divergencia del arrabal y la religiosidad porteña, donde te abrigan con el calor de los cuerpos y se alojan quizás falsas, pero afables, apasionadas y agradecidas sonrisas; Esta noche es otra en la que Manuel, preso por el calor hostigador e irrespirable de su familia y trabajo, se libera de la vida matinal en el mismo bar. Permanece sentado en la mesa de siempre, pero esta vez está ansioso, adolorido por el desbordado frenesí de sus emociones, ahora sujetas sin remedio por deseo hecho piel de una mujer que lo ató desde el comienzo, y que ahora cuando él se ha jugado el corazón, lo desecha para beber vino de otras cepas.
Manuel se siente sosegado, con su mirada hacia la misma dirección a la barra donde la vio por primera vez, inmerso en la importancia y trascendencia de esa bella impresión, de ése primer tango, de aquello que debió ser el prolongado camino y termino convirtiéndose en una hermosa bienvenida. Fue su amor ilícito y fugaz, pero ahora ella es el pábulo liberador de otro, y Manuel forzado por la influencia de esa apatía, siente un espasmo en sus piernas que de repente reaccionan afanadas por deshacer la prisión de ese vicio. Se levanta de la silla intentando huir de su cruel indiferencia y encontrar otros alrededores, donde su recuerdo aferrado no reclame ni robe presente, con el deseo de sacar la ilusión del corazón, de sacarla del abrazo de sus brazos, de abandonar la persecución de sus pies, para finalmente, borrar el recuerdo intruso de aquella canción.
Sintiéndose ajeno, en un hogar que no pertenece al sonido hablado de su corazón, ocupando un lugar foráneo en rostros indiferentes, que desde hace un tiempo fueron amores desplazados por los labios de esa pérfida mujer. Olvida su familia y se aventura en la búsqueda de cubrir con nueva piel el agente liberador de su rutina. Ahora se encuentra caminando lejos de los trazos de sus pisadas, con el oxigeno de nuevos aires, con el desprecio de la vieja ruta y abandonado a su libre albedrío. Manuel anda y desanda como explorador furtivo de aquella sensación, como aquel que en el deleite de la búsqueda conserva inherente la esperanza de la remembranza. Solo que ahora es una búsqueda más allá de la presencia corpórea, de la mirada intrínseca, del fresco respirar en su cuello, ahora es esa que se emana en el orgásmico clímax de un tango. El propósito de su huida, el sentido de su desprecio, la razón de prolongar, será el incansable rastreo de esa sensación, aquella que liberará el lastre que lo amarra a ese suelo del que quiere despegar para volver a bailar.
Pero entre el cansancio de quien anda y no encuentra, y el hastío perpetuo de su vida diurna, se presenta de nuevo como un consuelo frágil pero sano, la felicidad encubierta en la estabilidad de su hogar cada noche. Así que solo por última vez, Manuel decide arribar de nuevo a ese sitio donde sus labios prefirieron callar e intentaron aguzar los sentidos, para conservar la respiración y el sudor de su rostro en el baile, mientras piernas, torsos y manos dialogan, mientras comunica pegado a su pecho los latidos de su corazón y con sus manos acaricia al compás de un bandoneón.
Pero al arriesgarse a entrar y disfrutar de su despedida, no imaginó que seria un adiós absoluto, cuando al recibir de manos de la mujer que antes fue su ilícita obsesión, una nota de su esposa que decía: “De la misma mano del adiós que nos diste, te damos el adiós”…. viéndose de nuevo en la misma silla atado al lastre del maldito abandono.
viernes, 5 de febrero de 2010
Amor Porteño
Publicado por Su Pirajan en 11:57 a. m.
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3 comentarios:
Susan majestuoso texto, como siempre dándonos un buen pedazo de la torta en los amarres internos para que el lector se sienta parte de la estructura narrativa dando la sensación de un viaje alrededor de ese amor furtivo y desmedido que siente Manuel. Ahora, la parte externa de la historia mantiene expectante al lector suscitando aspectos bastantes experimentales en la vida cotidiana cómo la razón y el corazón que se encapsulan para encontrar fisuras notorias entre lo efímero en que se moldea ese sentimiento berrinchudo y fatuo. ¡Usted!, me hace acordar de un texto precioso sobre la relación que existe entre lo terco que puede ser un personaje cuando de amores furtivos se trata:
´´ Siguen cayendo chinches mientras Inge se quita los pantalones. Ya poseído percibo su cuerpo desnudo como una forma serpentina salpicada de manchas rojas, mientras que la ondulante corriente de lava en la que me zambullo resquebraja mi corazón por la terquedad en la que me he convertido´´
´´Chinches´´ Clive Sinclair
Abrazos del Zancudo.
HOla Su...quiero felicitarte por que tienes una forma de ser y de pensar muy bonita, y que tienes un gran talento, escribes super! yo si soy negada para todo eso de la inspiración y léxico y bueno todo eso... me caes muy bien. Un abrazo
Que final...algo triste, pobre man, pero que lección. Que hermoso que describes su confusión, casi llega uno a sentirse familiarizado. un abrazo.
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