Por: Susan Piraján.
Los cambios en cualquier aspecto de nuestra vida, entorno social, económico, político o emocional, generan cierto miedo o inseguridad, a veces felicidad. Pero si algo nos garantizan, buenos o malos, es la pérdida, la terminación de algo que ha sido y que no volverá a ser igual. ¿ Que pasa cuando la dimensión del cambio no solo afecta la vida de uno sino la de todos, y no solo eso, la vida de los que aún no han nacido?
Desde que somos esclavos de los sistemas de desarrollo económico, solo consumimos. ¿Qué estamos haciendo para no acabar con todo aquello que hemos disfrutado por tanto tiempo?; no hace falta ser científico, ecólogo o ambientalista, para darnos cuenta que con el tiempo el planeta ha estado cambiando, tornándose más represivo y débil.
El sostenimiento de la raza humana ocasiona el desgaste constante de los recursos, por ende requiere de un esfuerzo progresivo por renovar y reivindicar nuestro excesivo consumo. Sin embargo, las grandes industrias que nos abastecen de productos y suplen nuestras necesidades parecen haber olvidado en el camino su responsabilidad ambiental.
Según un estudio difundido por la revista Fish and Fisheries y la pagina cambio climatico.com, Colombia es uno de los países pesqueros más afectados en Suramérica por este problema. Afirman que “La destrucción de los arrecifes, la irrupción de mares en hábitat de agua dulce y el mayor número de tormentas costeras resultantes del aumento de la temperatura, supondrán dificultades sin precedente para millones de personas en países dependientes de la pesca en Suramérica, África y Asia”. El estudio también sugiere que, “los países vulnerables identificados por el estudio producen el 20 por ciento de la pesca mundial y deberían ser prioritarios en los esfuerzos de adaptación que permitan afrontar los efectos del cambio climático.”
Por otra parte, el Ex Ministro del medio ambiente en Colombia, Juan Lozano, durante una Cumbre Internacional en Polonia, afirmo: “Esperamos que los países asuman sus compromisos, la huella de carbono en Colombia es muy pequeña y en cambio el daño que hemos recibido es muy grande, por eso esperamos compromisos serios de reducción de gases de efecto invernadero y fondos ciertos para financiar nuestros programas de adaptación".
En los países donde la diversidad de fauna y flora es amplia, tenemos una noción errada del impacto que el cambio climático nos puede ocasionar. No somos concientes del enorme daño que este problema causa alrededor del mundo porque creemos que gracias a esa gran reserva, nuestra resistencia es mayor a la de otros países. Una nación donde abunda la injusticia social, el narcotráfico, guerrillas, secuestro, drogadicción, entre otros, es un pueblo ocupado y distraído de un problema que no ejerce violencia, se manifiesta lenta y pasivamente, y solo cuando ya no hay manera de pararlo actúa de manera catastrófica.
Las campañas ambientales a veces son manipuladas y enajenadas a programas gubernamentales efímeros y poco efectivos. Pocas acciones o iniciativas serias que se desarrollan en el país con el objetivo de sensibilizar a la gente sobre la gravedad del cambio climático, tienen escasa difusión en las entidades públicas y los medios de comunicación. Todos los días cuando prendemos el televisor o salimos de casa, somos bombardeados por la publicidad de productos para consumir, manufacturas, servicios, tecnología o turismo, por otro lado, derrumbes, inundaciones, heladas, sequías, tierras erosionadas, etc. Eso debería hacernos pensar qué parte de la información no estamos recibiendo.
Es muy fácil descubrir algunas secuelas del calentamiento en aspectos de nuestra vida diaria: el salir de casa un día soleado y a las dos horas ser victimas del mas tremendo aguacero, no poder consumir ciertos alimentos porque los cultivos son arruinados por las heladas, comprar carne a precios elevados por el mal estado de los pastos que alimentan y enferman el ganado, el rió en el que solíamos nadar seco, la caminata ecológica intransitable, derrumbes en carreteras, inundaciones en grandes extensiones de tierra y con esto el desplazamiento de los campesinos a las ciudades, etc.
La peor herencia que les podemos dejar a las nuevas generaciones es ser pasivos e indiferentes, a no ser activos y participativos en una situación tan preocupante como lo es el bienestar de nuestro planeta. Por eso, es necesario educar a las personas en la importancia de preservar su entorno inmediato, en conocer las políticas de desarrollo de su ciudad y su impacto en el ambiente, los recursos que son utilizados por fábricas o industrias y su responsabilidad ambiental. Es cierto, pocas personas no pueden hacer mucho por el planeta, pero si son suficientes para hacer de su ciudad la diferencia y el ejemplo para otras.
Si tenemos en cuenta que los futuros empresarios son los jóvenes de hoy, podríamos pensar en más educación ambiental desde las universidades, darles herramientas tecnológicas que coadyuven con la recuperación de los ambientes que ya se han visto gravemente afectados, una formación en economías verdes para jóvenes cuyas carreras se enfocan en los sectores industriales, agropecuarios, manufactureros, etc. La principal barrera de estas iniciativas, es el desconocimiento de la comunidad en general sobre su efectividad y rentabilidad. Es una cuestión que limita para crear y para denunciar.
Tenemos la gran misión de reparar el mundo, debemos lograr la atención de las personas que nos rodean, en nuestras casas, comunidad o universidad explicándoles como afecta sus vidas. Por otro lado, la vinculación a organizaciones o medios de información que nos instruyan sobre leyes o proyectos estatales por medio de los cuales podamos ejercer nuestro derecho a protegernos.
Es solo cuestión de conocer y asumir el poder que tenemos en nuestras manos para acelerar o frenar el calentamiento global. Recordar que existimos muchos personas que queremos y estamos dispuestos a cambiar el mundo, pero no el clima.
jueves, 20 de agosto de 2009
¡¡¡LA PACHA MAMA SE CALIENTA!!!!
Publicado por Su Pirajan en 8:11 a. m.
Subscribe to:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario